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Los nuevos negocios de la familia Santo Domingo

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Unas tiendas de color rojo, que no superan los 250 metros cuadrados, con góndolas repletas de cajas a medio abrir, se han convertido en uno de los negocios más rentables del Grupo Santo Domingo, uno de los conglomerados más poderosos de Colombia. El éxito de la cadena minorista D1, que ya llega cada uno de los rincones del país, le ha permitido a la familia seguir creciendo su portafolio e incluso explorar nuevas oportunidades en otros sectores económicos.

Fiel a los principios que le permitieron a su padre Julio Mario Santo Domingo construir un emporio empresarial, Alejandro, su hijo, hoy lidera los negocios familiares pese a que comparte el poder económico con su madre, Beatriz Dávila de Santo Domingo, que alcanza una fortuna de $3.600 millones, y su hermano, Andrés Santo Domingo, con una riqueza que asciende a los $1.600 millones.

Alejandro es el presidente de la junta directiva del Grupo Valorem, la holding familiar que nació con la escisión de negocios entre Bavaria y Valores Bavaria en 1997. Si bien aún conservan el 1,2% del gigante cervecero mundial Anheuser-Busch InBev (AB InBev), matriz de Bavaria, Valorem se ha convertido en su principal vehículo de inversión en Colombia, lo que les ha permitido diversificar su portafolio en sectores como el retail, el transporte, la industria, los medios de comunicación y ahora las energías renovables.

Hoy el conglomerado ha consolidado activos en Colombia que ascienden a los $5,4 billones, jalonados con empresas como D1. En 2021, por ejemplo, la cadena minorista reportó ventas por encima de los $10,9 billones, muy por encima de sus pares como Alkosto y Cencosud. Ya alcanzaron más de 2.250 tiendas en 450 municipios y tienen un ambicioso plan de expansión de la mano de 20 centros logísticos y alrededor de 19.500 colaboradores en 28 departamentos. 

“Podemos destacar que D1 es la empresa líder del sector retail en Colombia, soportando las necesidades de la canasta básica de los colombianos”, comenta a Forbes Luis Felipe Arrubla, presidente de Valorem. “Estar presentes en más de la mitad de los municipios de Colombia y ser parte de la vida de millones de hogares es invaluable desde cualquier punto de vista”.

Con la expansión de D1 en cada uno de los rincones del país, se podría decir que en promedio al menos uno de los productos que vende el Grupo Santo Domingo está en la despensa de los colombianos. Parte de ese éxito se debe a que el negocio ha entendido las necesidades del mercado en un momento en el que los hogares buscan cómo atajar la inflación y la escalada de precios de la canasta familiar.

Pero esta es no es la única apuesta de la familia, que también posee más del 80% de participación en Ditransa, Cine Colombia y Caracol Televisión, entre otras. En el último año, han apostado por entrar de lleno a una industria con un alto potencial en Colombia: las energías renovables.

 

A finales del 2021 hicieron una movida estratégica y pusieron en operación la planta Refoenergy Bita, con la que generan energía limpia a partir de Biomasa. El complejo está ubicado en Puerto Carreño, Vichada, a orillas de los ríos Meta y Orinoco y ha permitido convertir a ese municipio en la primera capital departamental en contar con un servicio de electricidad con este modelo, pues entrega energía 100% renovable a más de 20.000 habitantes.

 

“Cada una de las empresas de nuestro portafolio continúa enfocada en liderar sus  segmentos, materializando nuestra apuesta por el desarrollo sostenible de  Colombia”, añade Arrubla, mano derecha de la familia Santo Domingo y quien ha estado en vinculado al grupo desde hace más de 20 años.

Ahora que el país avanza en su tarea de aumentar las capacidades en energías renovables, el Grupo acaba de anunciar US$50 millones para su segunda planta de energía a partir de biomasa en Villanueva, Casanare, de la mano de un socio portugués. De hecho, Forbes conoció que ya están trabajando en una iniciativa para construir una nueva planta de este tipo en el Campo Rubiales.

RED FAMILIAR

Más allá de dedicarse a la filantropía, a través de la fundación de su familia, Beatriz Dávila controla más de un tercio del holding Santo Domingo con sede en Luxemburgo, a través del cual posee acciones en Anheuser-Busch InBev. Andrés, el menor de los hijos de Julio Mario, se ha mantenido al margen de los negocios familiares e incluso se ha enfocado en la música, el arte y la filantropía como parte de la alta clase social de Nueva York, donde reside.

Forbes también tiene en el radar a Vera Rechulski Santo Domingo, viuda del primer hijo de Julio Mario Santodomingo, que falleció en 2009 a causa de una enfermedad. Ella también tiene participación en el holding familiar y sus dos hijos, Tatiana Casiraghi y Julio Mario Santo Domingo III, poseen participaciones más pequeñas de alrededor del 5% cada uno.

Entre los negocios que manejan, poseen una participación en Château Pétrus, una finca vinícola francesa cerca de Burdeos que produce algunos de los vinos más caros del mundo. Asimismo, las participaciones públicas de la familia incluyen participaciones en Keurig Dr. Pepper, Kraft Heinz y el propietario de Peet’s Coffee, JDE Peet’s.

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